Querido blog: Les cuento que en este momento estoy muy feliz por mi cumple, mi compañero, el guerrero de los ocho cambios me regaló un balero, todavía no la emboco pero es re divertido. De cualquier manera no hay tanto tiempo para divertirnos porque el deber nos llama.
Luego de obtener trajes ninja y entrar en su juego, nos dirigimos hacia la base del Uritorco, donde una congregación ninja se reunía. De repente vimos que a la señal de uno de ellos, todos se ponían de rodillas, para disimular lo hicimos nosotros también.
El hombre que estaba adelante dijo:
"Hermanos ninjas, nos congregamos hoy aquí para honrar al heredero de la secta Iga, el gran Cives, hoy mostraremos nuestro respeto hacia el gran maestro ninja subiendo el Uritorco de rodillas. Antes de salir deberán dejar sus donativos. Todo lo recaudado será donado a las aldeas Iga que aun existen en Japón aunque no lo crean."
Waw, que prueba más dura, suerte que traje mi boxer de Donatello que se que me va a dar fuerzas para subir. Veía que Omar Farreta estaba nervioso y me dijo:
-De cualquier manera dejar un donativo es mucho más barato que la cuota en la milenaria escuela de los ocho cambios. Pero no se si mis pobres rodillas resistirán.
-No te preocupes Omar, se que la prueba es dura, pero un guerrero mongol nunca se rinde.
La cola fue pasando y cuando llegamos dejamos unos pesos para la pobre gente de esas aldeas que seguro deben ser pobres para que pidan donativos. También dejamos unos paquetes de La Yapa para los niños hambrientos que deben haber en esa zona de Japón. La prueba era dura, comenzamos a subir de rodillas y veiamos que a los cien metros muchos bravos ninjas ya se quedaban sin aire. Ya hacia los quinientos metros, eramos pocos los que seguíamos, cuando de repente, vimos un enorme plato volando cerca nuestro. Creo que la cara de Donatello pasó de verde a amarilla.
Una voz salió de adentro:
-Humanos, venimos a buscar a nuestro amigo José de Zer.
Todos estabamos asombrados, pero un ninja lo suficientemente anciano que recordaba quien era este sujeto dijo:
-Disculpen señores extraterrestres, pero José de Zer esta muerto...
-Malditos humanos, seguro que mataron a nuestro unico amigo de este planeta ademas de Fabio Zerpa.
-No, no es cierto, no lo matamos, simplemente murió.
-Mentira!!! Nos vengaremos!!!!
El plato volador subió, pero creemos que fueron por refuerzos, que miedo, ¿Tendré que quedarme con los ninjas a detener esta invasión extraterrestre? Que cumpleaños...
miércoles, 13 de agosto de 2008
lunes, 4 de agosto de 2008
Dia 5 del campamento.
No comenté mucho estos días porque entre que logramos armar la carpa, hicimos un lindo campamento y fuimos al pueblo a hacer compras para tener reservas de alimentos tardamos un par de días.
Me puse mi traje tradicional mongol con el cinto amarillo y le dije a Omar que me acompañe al cerro a combatir a los ninjas.
-Ya entiendo porque mi maestro Gandolfo me envió contigo, debo ayudarte, y lo primero que debo darte es un consejo. Los guerreros de los ocho cambios tenemos por filosofía adaptarnos a nuestros oponentes, pelear igual que ellos aunque los hayamos visto una sola vez. Y si hay algo que sabemos de los ninjas por los dibujitos animados es que tienen dos características: Se mueven en las sombras y no atacan directamente y que les gusta la pizza.
-Bien, entonces tenemos que jugar su juego? No es eso poco honorable?
-No, porque los derrotaríamos en su propio campo, lo cual nos daría mucha experiencia en nuestro camino como guerreros del bien.
-Bien, tengo una idea. Dije confiado en que funcionaría.
Pusimos un peluche de Barney y uno de un Teletubbie que nos trajimos para jugar sentados en derredor de una fogata y le pusimos los trajes tradicionales mongoles y de los ocho cambios. El plan funcionó, por la noche dos de los temibles ninjas se acercaron por la espalda a los muñecos pero nosotros preparados saltamos por detras de ellos y mientras Omar simplemente le partio un tronco en la nuca a su oponente yo le toque el hombro y cuando se dio vuelta le patee las bolitas. Los atamos y les sacamos sus ropas. Les dejamos unas chocolatadas y caramelos Sugus para que se mantengan mientras nosotros nos disfrazabamos con sus trajes ninja para atacar silenciosamente su guarida. Me llevo la Laptop y les cuento como sigue esto.
No comenté mucho estos días porque entre que logramos armar la carpa, hicimos un lindo campamento y fuimos al pueblo a hacer compras para tener reservas de alimentos tardamos un par de días.
Me puse mi traje tradicional mongol con el cinto amarillo y le dije a Omar que me acompañe al cerro a combatir a los ninjas.
-Ya entiendo porque mi maestro Gandolfo me envió contigo, debo ayudarte, y lo primero que debo darte es un consejo. Los guerreros de los ocho cambios tenemos por filosofía adaptarnos a nuestros oponentes, pelear igual que ellos aunque los hayamos visto una sola vez. Y si hay algo que sabemos de los ninjas por los dibujitos animados es que tienen dos características: Se mueven en las sombras y no atacan directamente y que les gusta la pizza.
-Bien, entonces tenemos que jugar su juego? No es eso poco honorable?
-No, porque los derrotaríamos en su propio campo, lo cual nos daría mucha experiencia en nuestro camino como guerreros del bien.
-Bien, tengo una idea. Dije confiado en que funcionaría.
Pusimos un peluche de Barney y uno de un Teletubbie que nos trajimos para jugar sentados en derredor de una fogata y le pusimos los trajes tradicionales mongoles y de los ocho cambios. El plan funcionó, por la noche dos de los temibles ninjas se acercaron por la espalda a los muñecos pero nosotros preparados saltamos por detras de ellos y mientras Omar simplemente le partio un tronco en la nuca a su oponente yo le toque el hombro y cuando se dio vuelta le patee las bolitas. Los atamos y les sacamos sus ropas. Les dejamos unas chocolatadas y caramelos Sugus para que se mantengan mientras nosotros nos disfrazabamos con sus trajes ninja para atacar silenciosamente su guarida. Me llevo la Laptop y les cuento como sigue esto.
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