miércoles, 21 de enero de 2009

El rincon del maestro puteador 3

Hola manga de pelotuditos que leen esto, mientras el boludazo de mi alumno les cuenta sus aventuras siderales, yo les voy a contar mi primer torneo mortal que viví el otro día.

Resulta que estaba en casa de Pepe sentado en el sillón con una putita que me estaba haciendo un pete cuando un alumno me trajo una carta lacrada. La abrí y me encontré con esto:

"Estimado maestro de la milenaria secta de lucha mongola: Tenemos el agrado de invitarlo al primer torneo de vale todo tradicional mongol. El torneo será supervisado por nuestro Gran Maestro y las reglas no existen. El combate puede ser a muerte si el vencedor no se apiada del derrotado. En los antiguos combates tradicionales no habían reglas, por ende son libres de aplicar la técnica que quieran. El que sea derrotado perderá un grado en el escalafón mongol. La asistencia es obligatoria, vengan si tienen huevos."

Acabé, le pague a la loca y me puse mi uniforme. Yo sabía donde era el torneo pero no puedo decirselos porque es secreto, solo para los que tienen la pija grande como yo.
Caí en la guarida secreta donde se hacía el torneo y vi unos pocos de los que fueron invitados. Manga de cagones los que no fueron. ¿Para que mierda se meten en esta disciplina si al final son unas putitas que no se la bancan?

Vi un aire de tensión en el ambiente, estaban todos nerviositos. A mi me chupaba un huevo todo esto así que me quedé dormido. De repente a algún pelotudo se le ocurrió hacer ruido con un gong y me despertó justo cuando soñaba que Pampita me entregaba el orto.

Ahí estaba el, el Gran Maestro Mongol, llamando a todos los participantes. Entramos en calor un poco y llamaron a la primer pelea. El famoso Maestro Can contra un séptimo dan. La pelea fue sencilla para el Can que lo definió con una barrida. Cuando el séptimo dan estaba en el suelo, Can le perdonó la vida, le dió una gorra y una banderita de su escuela y se retiró.
Luego me llamaron a mi, tenía que pelear contra un tal Maestro Gonzalez. Nos acercamos al centro del ring, me hizo una reverencia y apenas la hizo le patee los huevos y ante su dolor le agarré la cabeza y le metí un rodillazo y a la mierda. Le volé los dientes y quedó dormido.

Luego el resto de las peleas, interesantes casi todas pero seguro que les rompo el orto a patadas. Muchos quedaron tan lastimados que tuvimos que posponer la segunda ronda para otro momento. Cuando esto suceda prometo contarles que carajo pasa en este "MONGOL MORTAL KOMBAT"

Chau manga de forros

2 comentarios:

Twain dijo...

Maestro puteador es un gusto volver a leer este blog, y tan esquizofrenicas narraciones, exitos y adelante, el blog es de los pocos buenos que se pueden encontrar hoy en dia.

Anónimo dijo...

hola, queria invitarte a que agregues tu blog a Argentino.com.ar
es un directorio de webs de Argentina y nos gustaría que estuvieras.
saludos

Diego