Primera batalla

Querido blog: Hoy se libró la primer batalla contra mis enemigos mortales, los guerreros Chul. Intentaré poner los hechos en el orden correspondiente para que entiendas blog amigo.

Hoy salí de casa a entrenar al nido golondrina cuando llegando a la esquina de mi casa aparecieron de la nada tres personas encapuchadas en sus uniformes de guerreros Chul.

-Maldito Pepe, has manchado el honor de la legendaria familia Seve al haber tenido actos impúdicos con una de nuestras guerreras. No solo eres un traidor a nuestra familia al irte al lado oscuro de la fuerza mongola sino que por si eso fuera poco has forzado a una de nuestras bellas guerreras a ser tuya.

-Yo no force a nadie... pero bueno, no entiendo porque no puede haber unión entre las distintas castas coreanas.

-Maldito, no has entendido nada de la sabiduría de nuestro padre marcial Seve, vas a pagar por ello traidor!!!!

Yo aun me sentía sin fuerzas por todas las cosas que hice con Mabel la noche anterior, esto se iba a complicar, los tres eran cinturones rojos de Chul Hak San.

El primero me tiró una de esas patadas que practicaba tanto en la Chul: alta y a dos metros del oponente, lo cual hizo que me fuera facil lanzar una patada a sus testículos con toda mi fuerza. Ese quedó en el piso sin poder moverse. El segundo se lanzó corriendo hacia mi con la guardia tradicional de Chul, eso sirvió para que le lanzara cinco rectos a la cara y partirle la nariz. El tercero intentó lanzarme al suelo con técnicas tradicionales de taekwondo chul pero con tan mala suerte que no me pudo ni mover (creo que influyó el hecho de que me agarró de lejos y sin moverme) y yo con mi mano libre le hice un piquete de ojos, tecnica milenaria mongola (aunque no lo hice muy fuerte como para no dejarlo ciego).
Con los tres agresores en el suelo me dispuse a quitarles las máscaras. Los tres cinturones rojos eran compañeros que habían empezado a entrenar en el cuartel Chul conmigo!
Uno de ellos me dijo:

-Piedad bravo guerrero mongol, nuestro jefe nos ha enviado, puede que nos hayas vencido pero el que rie último rie mejor!

Preocupado por escuchar sirenas de policía me alejé del lugar hacia la guarida mongola.