lunes, 7 de julio de 2008

Guerra!

Querido blog: Resulta que el sábado por la tarde caminaba por las tranquilas y pacíficas calles de Temperley comiendo un helado de chocolate y crema americana y con el mp3 a full escuchando las canciones de "Patito Feo" cuando sin darme cuenta vi que me estaban rodeando varias personas, todos ellos con la camperita de la chul. Me miraban con cara amenazante, por lo que tuve que frenarme, no tenía donde huir. Uno de ellos me vino a pegar con una patada lateral pero mi patada a los testículos lo dejó mal. Pero en ese momento uno me pegó de atrás dejandome en el piso (aunque el chico que me pegó parece que se dobló la muñeca). Una vez en el piso comenzaron a patearme. Me puse a llorar pensando en mi mamá, pero en un momento las patadas cesaron. Cuando logro ponerme en cuclillas, vi el milagro... El maestro puteador con varios guerreros mongoles con sus típicos uniformes tradicionales negros.

-Levantate pendejo que les vamos a dar una pateadura en el orto que no se la van a olvidar ni los nietos de esta manga de soretes.

Menos mal que los guerreros mongoles entrenamos la lucha de a varios...



La pelea fue brutal, los guerreros chul iban cayendo uno a uno, pocas golondrinas eran golpeadas por las ordas de Seve. Vi a mi maestro voltear a uno de los chul y una vez en el suelo gritarle "a ver pelotudito, servís aunque sea para ser pateado?" mientras lo pateaba a las costillas desde el suelo.

Frente a mi se puso un guerrero Chul que se quitó la campera y me dijo: "Ahora verás Guerrero Groso, yo soy cinturón negro, un experto chul con un año de práctica".
Yo estaba todo golpeado y nervioso ante tamaño despliegue de poder, el era un chul experto!
Vino hacia mi a toda velocidad arrojando una patada voladora, la cual sencillamente esquivé corriendome al costado y mi oponente tuvo tanta mala suerte que atrás mío habia un poste de luz. Se dió de lleno de nariz contra el poste y cayó dando de lleno en su espalda al suelo. El ruido que hizo su caida fue tremendo. De repente veo que se acerca el maestro Puteador que caminó sobre el cuerpo de mi oponente y le escupió la cara. Luego dijo:

"Y como so' un pendejo puto, te afano la campera"

Agarró la campera de mi oponente cual trofeo de guerra y se retiró con la bandada golondrina.

Sabía ahora que la batalla final no podía esperar más, debía derrotar al jefe de los blancos guerreros chul para que este problema finalmente terminara y mi preciosa Mabel se quedara conmigo.

Al dejar el escenario de la batalla con los adoloridos chul, vi nuevamente un resplando alejandose por los aires. Recogí del suelo mi mp3 con los temas de Patito Feo y me dirigí a mi hogar.

2 comentarios:

Plumas dijo...

Me rio mucho con tus relatos jajajaja ni hablar con la foto de tu avatar XDDDD

dario dijo...

exelente tu blog, a ver si terminas con los chul y enfrentas a los "maestros milenarios" de pakua.