Querido blog: Luego de la clase mongola de ayer con el maestro Puteador debo decir que me siento tentado por el lado oscuro de la fuerza. Cuando entré en mi habitación vi la gigantografía de Severino y sentía que estaba traicionando a este bravo y desinteresado guerrero del taekwondo. Me quedé mirandolo a ver si se blanqueaba mi alma, pero la foto de aquel coreano descendiente de guerreros mongoles invadía mi mente. Me dormí y soñé extrañamente con golondrinas que ascendían por los límpidos cielos convirtiendolos en oscuros y terribles.
Me desperté y fuí al gimnasio donde entreno taekwondo. Mi maestro estaba ahí, sentado, con las muletas a un lado y vendas por la cara sosteniendole la mandíbula. Le plantee lo que tenía dentro mío y luego de ver si yo había pagado la cuota me respondió:
-Mirá, veo que tenés grandes aptitudes para ser un guerrero chul, si te quedás con nosotros puedo arreglar que te asciendan a cinturón rojo.
-Pero podré ganarle con eso a esos guerreros mongoles?
-Si, pero debes aumentar tu nivel de entrenamiento, vas a agregar 10 abdominales mas por clase y 5 flecciones.
-Maestro, me está poniendo usted una dura prueba. Aparte no habia dicho usted que nuestras tecnicas al ser milenariamente mortales no requieren de tanta fuerza física?
-Hasta cierto nivel es cierto, pero debo enseñarte la tecnica secreta de taekwondo que solo Severino y un par más de sus más famosos seguidores conocen. Solo se transmite en una ceremonia secreta, previo pago de mil pesos o traer cinco amiguitos a la clase.
Me quedé a entrenar entre esperanzado por lo que me dijo mi maestro sobre la técnica secreta de Severino y triste por seguir aun así tentado por el lado golondrina de la fuerza.
viernes, 6 de junio de 2008
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